Eduardo Díez /Madrid

Eduardo: Eres excepcionalmente dotado como observador y registrador de la naturaleza. La muestras en sus lugares más remotos e inexpugnables, desde el esplendor distante de las montañas rocosas, hasta la magneficencia del mar. Veo que posees la agilidad de ejecución que convierte a tus obras, en cierto sentido, en joyas, en donde los que las advertimos, somos seducidos y encantados. Creo que eres un artista melancólico y poético, cuya ilimitada paleta de colores apagados, evoca la magnitud del espacio y el carácter indomable de la naturaleza. Aprecio que también te centras en ella, en estado puro, sin la presencia del hombre. Pareciera que prefieres las escenas sencillas y rústicas de la naturaleza, pintadas con vigor e inmediatez, dotando a ésta de una nostalgia atmosférica. Representas emociones como la soledad y la desolación. Muestras la naturaleza espiritual del paisaje: solitarias extensiones de mar y montañas o paisajes de nieve bañados por una extraña y misteriosa luminosidad. Como si te interesaran especialmente los efectos de la luz y de las estaciones. En mi opinión, quiero que sepas que éste don que tienes, que desconocía hasta éste momento, me conmueve, me emociona, me apasiona... Te respeto y admiro profundamente. De ahora en más, tienes en mí a tu ferviente seguidora e insisto, tu fiel admiradora. Éxitos y sigue adelante. con éste emprendimiento próspero, placentero, y venturoso. Congratulaciones, enhorabuena... Con sincero afecto, me place por tí. Laura.